Este año, a las históricas consignas contra la violencia de género, la marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora sumó su postura contra el acuerdo que pretende establecer Nación con el Fondo Monetario Internacional. Los planes sociales en el centro de la escena.
“La deuda es con nosotras”. Esta fue una de las consignas principales de la movilización por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora que recorrió calles salteñas durante la mañana y que estuvo protagonizada, principalmente, por movimientos sociales y sindicales.
Cabe señalar que Salta es una de las provincias con mayores índices de violencia de género en todo el país – de hecho, ocupa los primeros puestos en las fatídicas estadísticas de femicidios por cantidad de habitantes en Argentina – y, entre tantos otros aspectos que abarca el fenómeno, la situación económica de las familias es una de las aristas que preocupa.
En este contexto, la posibilidad de acuerdo entre el gobierno de Alberto Fernández y el FMI se presume como un espaldarazo para los trabajadores, más teniendo en cuenta que el pacto traería aparejado reducciones en políticas sociales que – justamente – colocará a las mujeres jefas de hogar y sostenes de familia en la picota. Ya lo anunció Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social de la Nación, a mediados de febrero pasado: no se darán de alta nuevos planes sociales ni habrá incrementos en los montos percibidos.
“Entendemos que la deuda es con el pueblo, en particular, con nosotras. Entendemos que hay que investigar la deuda y pagar solo lo que es legítimo; el resto del dinero debe utilizarse para crear nuevos puestos de trabajo”, sostuvo Noemí López, secretaria adjunta de la CTA Autónoma.
Para la dirigente, “la variable de ajuste” del pacto con el Fondo serán los trabajadores y, en especial, las trabajadoras que hoy por hoy sostienen sus familias con los magros ingresos por planes sociales y con trabajos informales. “Las compañeras viven la diaria, por eso estamos en contra del acuerdo”, apuntó.
Por su parte, Giselle Fernández, referente de Mujeres de la Corriente Clasista y Combativa, al ser consultada sobre la situación, indicó que la organización viene luchando desde noviembre pasado para que tanto Nación como Provincia creen puestos de trabajo genuinos para, de esta forma, reconvertir paulatinamente los planes sociales.
“En noviembre, por ejemplo, firmamos un convenio con el Ejecutivo de Salta para hacer mantenimiento en las escuelas y hasta el momento no pudimos acceder a los establecimientos”, relató.
En tanto, advirtió que durante su discurso de apertura de sesiones legislativas, el gobernador Sáenz anunció una serie de obras de infraestructura en distintos puntos de la provincia, por lo que habrá – o debería haber, al menos – puestos de trabajos disponibles.
“Todo lo que hacemos es a pulmón; los comedores y merenderos los sacamos adelante nosotras, incluso reclamamos que los alimentos que nos llegan estén en buen estado porque estuvieron enviando mercadería con bichos”, afirmó Giselle.
Sin embargo, la movilización de esta mañana, a pesar de las consignas descriptas, contó también con la presencia de sectores más alineados con la Administración central argentina, tal el caso del Movimiento Evita.
“Estamos a favor de las decisiones que toma el Gobierno. Creo que hay muchos programas que están destinados a proteger a la mujer y a ayudarlas a salir de situaciones de violencia”, sostuvo Marta Garnica, referente de este movimiento y apuntó que, de hecho, el programa Acompañar – un dispositivo creado para fortalecer la autonomía económica de las mujeres víctimas de violencia – tiene su empalme con el Potenciar Trabajo.
Según la referente, Nación propicia la creación de cooperativas y proyectos para la contención de las jefas de hogar.
“Nosotras venimos trabajando y tenemos unidades productivas donde se generan ingresos para la economía popular; hay que visibilizarlo. Estamos de acuerdo con las políticas de Nación”, finalizó Garnica.
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