La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo tras una sesión maratónica pero el verdadero protagonismo se lo llevaron nuevamente las miles de mujeres en todo el país que aguardaron la decisión que dejó el proyecto más cerca de que SEA LEY.
“La marea verde que en realidad es un charquito” dijo una diputada celeste (anecdótico: además se enojó con la inclusión de Dios en la Constitución) que pretendía descalificar a las miles de mujeres que ayer iniciaron la ya histórica vigilia en las afueras del Congreso de la Nación. Pero lo que parece haber quedado fuera del argumento de la legisladora son las miles de mujeres que formaron su “charquito” en diferentes puntos del país y que sumaron a la marea verde que hoy logró la media sanción de un proyecto que representa una lucha legendaria.
Los argumentos en contra del proyecto esta vez dejaron de lado las comparaciones vergonzosas de 2018, pero redundaron en una pregunta que hasta el día de hoy la filosofía sigue analizando «¿Cuándo empieza la vida?», además de hacer hincapié en el ADN único como uno de los pocos fundamentos “científicos” y hablaron de las prioridades y oportunismos dejando de lado una realidad, si no es ahora ¿Cuándo?, la escritora y feminista Margaret Atwood decía que para el patriarcado siempre existirán cosas más importantes que los problemas de las mujeres (parafraseando).
El envío del proyecto que otorgará un marco de legalidad y salubridad a una práctica que se realiza y que mata es urgente se lleva la vida de millones de mujeres a lo largo y ancho del país, y aunque la lucha y la conquista de este derecho es solo de las mujeres, el acompañamiento del Ejecutivo Nacional es un gesto político que para Alberto Fernández tendrá un costo también político de una gran porción del país que se embandera bajo el lema “salvemos las dos vidas”.
El desconocimiento de una lucha legendaria de las referentas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal fue otro punto que “los celestes” convirtieron en argumento transformándolo en una “moda” de la juventud dejando de lado años y años de marchas y reclamos. Es una lucha histórica que las nuevas generaciones transformaron en marea y que ayer nuevamente hizo historia.
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