¿No hay estado que aguante? El gobierno revalúa el pago del IFE en mayo y evalúa otras alternativas
Todos tenemos algún amigx, vecinx o conocidx que resulto benefciarix del Ingreso Familiar de Emergencia que ante el contexto económico presente vio un alivio en la ayuda de 10.000 pesos que desde el Estado nacional se otorgó y aún se está cobrando en abril, ayuda que les permitió de alguna forma subsistir a la cuarentena. Desde el gobierno nacional y ante los casi 11 millones de beneficiarixs del ingreso extraordinario en este mes, se reevalúa si el IFE continuara también en mayo, contrario a lo que se había adelantado en los medios en semanas anteriores, frente a esto ¿cómo quedan los millones de argentinxs sin empleo, trabajadores ilegales y personas vulnerables?
El IFE nació como un programa de ayuda a los sectores más vulnerables y preveía ayudar a aproximadamente 3 millones de personas de la población argentina, sin embargo en pocas semanas de su anuncio muchísimas más que las contempladas por el gobierno, se inscribieron solicitando la ayuda extraordinaria. El IFE entonces sirvió también como una suerte de radiografía o censo de la situación de pobreza e ilegalidad del trabajo en el país ya a principios de abril se hablaba de casi 11 millones de argentinxs preinscriptxs en Anses, los cálculos quedaron obsoletos frente a una realidad de pobreza en el país.
La realidad de cuatro años de desabastecimiento del estado, la pérdida de empleo legal (lo que acrecienta el ilegal) y el crecimiento de la pobreza ¿no fueron tomados en cuenta al momento de crear el programa? O la realidad que tenía el nuevo gobierno era muy optimista en cuanto al estado en el que Argentina quedó después de la devastación del macrismo. Sea como sea, desde INDEC ya se daba a conocer que la proporción de asalariados en negro era de 34%, es decir unos 2,2 millones de la población total, mientras que AFIP registraba 3,2 millones de monotributistas de las categorías A y B; los motributistas sociales ascendían a 366.000 según el Ministerio de Trabajo.
Lo cierto es que no debemos quedarnos solo en números, aunque estos hablan por sí mismo, sino preguntarnos qué va a pasar con las personas que veían en el Ingreso Familiar de Emergencia un alivio frente a la pandemia, la incertidumbre económica y el aislamiento social obligatorio o peor aún aquellxs que estando desmpleadxs o habiendo perdido el trabajo por estas mismas razones solo disponían de este ingreso para subsistir, ¿Alguien quiere pensar en la gente?
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