El veto de la ordenanza de emergencia sanitaria despertó reacciones en algunos miembros del Concejo Deliberante que acusan a la Intendenta de la Ciudad no tener diálogo con ellos.
La Ordenanza Nº 10.767 aprobada por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta y vetada, luego, por la Intendenta Bettina Romero, disparó un conflicto que augura una relación complicada entre los ediles y la jefa comunal.
En la apertura de las sesiones ordinarias, Romero había manifestado su intención de trabajar en conjunto con el cuerpo de concejales pero su negativa ante lo resuelto por éstos, los «preocupa y llena de tristeza», según indicó la concejal Ana Paula Benavides.
Otra de las ediles que se mostró molesta fue Frida Fonseca, quien le cuestionó falta de diálogo a la Intendenta y señaló que existe una «sensación de ausencia del Estado municipal, que no es positiva y que no suma en un momento tan duro como éste».
Por su parte, la máxima autoridad del Municipio capitalino, no contestó aún a los cuestionamientos, pero aseguró que Salta está cada día más preparada para actuar ante situaciones de emergencia.
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