La vicepresidenta fue protagonista de un papelón internacional. Tenía la responsabilidad de recibir a Emmanuel Macron, pero llegó tarde.
De acuerdo al protocolo, Michetti era la encargada de darle la bienvenida al presidente francés. Sin embargo, cuando Macron bajó del avión se encontró con que no había nadie esperándolo, a excepción de los trabajadores del aeropuerto de Ezeiza.
Desconcertado, comenzó a mirar hacia todos lados pero, al no ver a ninguna autoridad nacional que lo reciba, terminó saludando a los empleados en una situación bastante incómoda: es que dos de ellos tenían puesto un chaleco de seguridad amarillo similar a los que usan los manifestantes que están haciendo barricadas en París contra las medidas del Gobierno.
Michetti apareció, finalmente, unos minutos después de este incómodo episodio. Luego de esperar junto al auto que debía llevarlo a su hotel, Macron se acercó a la vicepresidenta para saludarla y charlar con ella. La esposa del mandatario, Brigitte Macron, ya estaba dentro del auto lista para irse.
0 comentarios