“La casa me salía 52 mil pesos y con el revestimiento con durlok me salía 72 mil pesos. Y yo con la ilusión de tener mi casa y al ver que el local está en pleno centro de la ciudad, confié y le dí 52 mil en efectivo y el resto con tarjeta», contó una denunciante.
El imputado por el delito de estafa Juan Sebastián Segovia, mediante maniobras ardidosas, simuló solvencia e idoneidad e hizo creer a sus víctimas que era parte de dos emprendimientos comerciales serios, ganando la confianza de los damnificados al proporcionar datos de empresas de construcción y venta de viviendas prefabricadas y les expresó que por una suma de dinero de contado, les efectuarían las obras prometidas.
Ya en febrero de 2017 una familia de Guemes fue estafada con la construcción de casas prefabricadas en calle San Juan 485 de esta ciudad. En ese momento se conoció que el matrimonio damnificado cuando fue a cerrar trato con Sebastián Segovia, responsable del local comercial, por una casa prefabricada con tres dormitorios y baño, éste le ofrece un modelo mejor con revestimiento interior y por fuera madera estilo cabañas. “La casa me salía 52 mil pesos y con el revestimiento con durlok me salía 72 mil pesos. Y yo con la ilusión de tener mi casa y al ver que el local está en pleno centro de la ciudad, confié y le dí 52 mil en efectivo y el resto con tarjeta». afirmó la señora.
“Cansados de las demoras, a fines de septiembre me voy a Defensa Del Consumidor y en una mediación le pido a Segovia que me devuelva la plata porque ya no quería la casa y él dice que no tiene plata y que la casa ya estaba lista. Ahí me dijeron que él es uno de los que más denuncias tiene”, comentó Johana. Tras la intermediación del organismo público, Segovia le armó la casa a medio terminar en octubre de 2017.
Con esta modalidad distintas familias perjudicadas concretaron el pago de diversas sumas de dinero, sin que el imputado cumpliera, lo que produjo en consecuencia un perjuicio patrimonial a las víctimas. Incluso se supo que el acusado lo amenazó de muerte al decirle que no lo molestara o apurara porque “los cagaría matando”.
Con la intervención del Juzgado de Garantías 5 y la División de Delitos Económicos de la Policía Provincial se realizó el allanamiento en los locales comerciales, el secuestro de documentación atinente a la causa y la detención del imputado.
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