El COE salteño dictaminó una serie de medidas que limitan la circulación de las personas y restringe el turismo interno, sin embargo terminan jugando en contra del distanciamiento social.
Mientras los casos de COVID-19 eran escasos y sólo provenían de ingresos a la Provincia, la gran circulación de personas a lo largo de todo el territorio salteño no fue problema, incluso se reactivó la economía, pero a raíz de la multiplicación de contagios registrados en las últimas semanas, el Gobierno de Salta determinó algunas restricciones que, lejos de poder frenar el gran caudal de gente en las calles, puede agravar aún más la situación.
El Comité Operativo de Emergencia prohibió la circulación de personas entre las 0 horas y las 6 (rango horario en el que hay muy pocos salteños en las calles), exceptuando sólamente al personal de salud y de seguridad: Es decir, aquel que anteriormente salía de su casa para realizar sus labores antes de las 6 de la mañana, ahora deberá compartir el colectivo con aquellos que lo hacen más tarde, sólo por mencionar un ejemplo en el que las restricciones favorecerán el amontonamiento de gente tanto en las calles como en el transporte público.
Si bien la medida está pensada para fijarle un horario límite a los paseos o a las reuniones sociales, hoy clandestinas, y desalentarlos, lo cierto es que ahora quien tenía el particular «privilegio» de moverse en horarios en los que la circulación era prácticamente nula, deberán sumarse al enorme número de salteños que se dirigen a sus trabajos o regresan de los mismos entre las 6 y la media noche.
Chau al turismo interno
La otra medida que implantó el COE provincial, que llegó demasiado tarde, fue la de suspender la circulación interjurisdiccional con motivos turísticos, siendo que la mayoría de los municipios o venían teniendo una muy pobre actividad o ya habían decidido dar marcha atrás con el turismo interno.
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