Los merenderos se triplicaron en medio año y casi 14.000 niños asisten a comedores en Salta.
Desde los diferentes sectores de la provincia se da a conocer cada día que la situación de la economía local es extremadamente vulnerable pero como consumidores a penas podemos palparlo aunque nuestros bolsillos se ve afectados aun pensamos que todo sigue sobre ruedas, sin embargo cuando nos topamos de frente con un incremento del 100% de asistencia de niños y niñas a merenderos y que en vez de decrecer estos van en crecida como un modo de ayuda impulsada por los propios vecinos, la cosa es diferente. No podemos mirar para otro lado cuando, según dio a conocer el Ministerio de Desarrollo social y asuntos indígenas de la provincia, los merenderos se triplicaron en menos de medio año.
Muchos son los vecinos y vecinas que frente a esta situación no hacen oídos sordos e impulsan merenderos y espacios de contención para los que la pasan realmente mal o que hasta no tiene un plato de comida, de esta manera trabaja Guadalupe Villanueva del comedor de Floresta norte alta “Bella vista”, quien relata que debido a la situación de aislamiento y sus consecuencias directas en el barrio como son la desocupación se incrementó el número de personas que asisten por un plato de comida, asimismo Guadalupe nos cuenta como llevan adelante “a pulmón” el merendero, auto abasteciéndose y sin ninguna ayuda del gobierno.
Por esta misma razón en estos momentos se ven trabajando solo con la ayuda que les brinda “techo” para el acceso a la mercadería del día a día y que les permite abrir sus espacios que ayudan a la contención de la barriada “los comedores que no reciben ayuda de parte del gobierno no dan abasto, por la cantidad de gente que asiste, ¡es impresionante!” relata también la vecina y miembro de la mesa de barrios populares.
“Estamos esperando la respuesta de desarrollos social” nos cuenta Guadalupe quien es también miembro de la mesa de barrios populares y que como miembro de esta solicitó ayuda y una solución para la crítica situación de los comedores sin embrago asegura que desde el mismo ministerio se le pidió el cumplimiento de un protocolo que simplemente no pueden cumplir por ser una zona que no tiene luz o agua corriente “es difícil tener un protocolo cuando un barrio popular no cuenta con luz, cuenta con luz clandestina o agua de vez en cuando”.
Desde otra barriada salteña, Patricia Aibar que dirige desde hace 20 años el comedor “Mi carita” en barrio Solidaridad también expone a través de su testimonio el crecimiento los concurrentes y las dificultades que un comedor en Salta debe atravesar para dar un plato de comida y contención a los niños ante una situación tan crítica “estamos dando módulos alimentarios solo a los niños que están anotados en el comedor” nos cuenta y explica que el comedor cubriría dos de las principales comidas de los niños, pero que hasta hace poco entregaban también viandas que se vio suspendido por los controles sanitarios en cuanto al Covid – 19. “Nuestro comedor no es ni de la provincia ni de la Intendencia” recalca Patricia por lo cual no reciben ningún tipo de ayuda del gobierno.
“Nosotros tenemos 70 niños para asistir, si nos piden más cupo pero lamentablemente el presupuesto no nos da para más” se lamenta la vecina y deja en evidencia también el crecimiento de demanda de este tipo de espacios tan importantes para la zona pero que no dan abasto
0 comentarios